CANTO A LA MADERA
Rosina Valcárcel
(Tras soñar con Pablo Neruda)
(Tras soñar con Pablo Neruda)
Con mi juicio leve, con tus meñiques
con torpe rocío lánguido arriado
te caes ante la belleza de la flor siempreviva
a un obstinado clima de duelo o adiós
a una borrada pieza perdida
a un ramillete de plantas inconsolables.
Nos hundimos en la nube intermedia
en los devastados entes
y miras sabandijas y vigilas selvas
de ocultas maderas fragmentarias
y circulas entre frescas fibras desgajadas
a la viva amada de jade, quid, y mutis.
Blanda masa, oh flor de aletas rotas
en tu naufragio mis corolas subo
con límites pesados de carmesí mareo
y en mi templo firme te hincas
acercando mis labios con los de un ángel.
Es que existes ante mi gama de cosmos
ante tu agotada espada caída
ante mis almas mezcladas
ante mi quieta multitud.
Eres tú ante mi onda de aromas cayendo
cubierto en verano y entereza:
somos iniciando un viaje imaginario
entre tus puntos áureos
soy yo con mis quejas sin raíces
sin frutos, insomne, solitario
ingreso a lóbregos salones
alcanzando a mi cuerpo recóndito.
Distingues mi corriente vacía menearse
veo subir tus suspendidas manos,
escucho tus arbustos atlánticos
chasquear de tarde y saña atrevidos
y abrigo caer hojas secas hacia dentro
uniendo materia prima impúdica
a mi pausa indefensa.
Ojos, líneas, círculos de gracia
juramento, fiebre taciturna
flechas confusas a nuestro cuerpo postrado,
entes sonámbulos en mis labios finos.
Una mirada que fue una pincelada fugitiva.
Lima, 5: 30 pm., 22 diciembre 2018.