Lima, 24 DE MAYO, 5: 15 DE LA TARDE. En el umbral del edificio asoma el yatiri José Luis Ayala con esa sonrisa tan suya callada y honda. Entre manos trae varios libros suyos atractivos y un gran queso de Puno. Rauda preparo lonche. Ya tenía el refresco de limón, aceitunas diversas soñando en vinagre de manzana. Pan baguette. Café Kimsa amazónico "La Libertad", (100% orgánico), de Satipo-Junín, recién pasadito. Y un infaltable panetón limeño D'Onofrio (que ayer ni lo miramos). Tuesto trozos anchos del queso paria -conforme me enseñó el tío pintor Apurímak-. Carlos Alberto nos acompaña. Cada uno habla de lo que le preocupa. Degustamos los bocadillos y la tarde serena y cálida transcurre diáfana. Al fondo se escuchan entrañables taquiraris: 

(“Cunumicita linda que tienes ojos de guapurú

Dame el encanto de tu boquita dulce de achachairú

No ves que estoy sufriendo de tanta angustia por ti mujer

Y que me estoy muriendo de ansias locas por tu querer …”).

           Entre nosotros existen afectos que el fuego aviva. Existen desvelos, insomnios, pasiones, amistades, cartas, experiencias, lecturas, personajes. Pero hay uno caro que se gana nuestros corazones y, ayer, el espacio del día arduo 24 de diciembre: 

Desirée Lieven, aquella mujer maravillosa, cálida y solidaria. Justo, mi dilecto amigo José Luis me había llevado -por segunda vez- un ejemplar de su libro controversial: Desirée Lieven. Mujer libertaria y humanista. El Nocedal, junio, 2018: 434 pp. El libro está dividido en cuatro secciones. UNO: Desirée Lieven: Una mujer libertaria, antifascista, internacionalista. Y va hasta la página 147. 

DOS: El valor de la palabra encendida. Y va hasta la página 367. 

TRES: Testimonio personal y gratitud. Va hasta la página 375.

CUATRO: Más allá del tiempo (e Iconografía) van hasta la página 423.

Entre las mínimas críticas infaltables: El tipo de Letra que usa la editorial es enérgicamente pequeña, para escolares. 

Faltó la revisión y corrección final de una lectora-correctora literaria. 

Entre las virtudes que destacan, el autor sitúa bien ante el mundo a la figura poco conocida de Desirée, una mujer rusa diferente, solidaria, libre, culta, revolucionaria vinculada al proceso libertario de Perú y de nuestra América Latina. 

Por mi lado, años y meses atrás preparé varias páginas que lancé virtualmente (un par de veces) tanto en Redacción Popular, Buenos Aires, como en el blog lamula.pe (Lima). Y que por esos actos fallidos (inconscientes), el poeta aymara, no los contuvo dentro de su obra final. Más allá de algún malestar, superado, largamente, nos sigue uniendo Desirée, la socialista, la grande. 

Y, la obra de José Luis Ayala merece ser examinada, debatida y divulgada, sin ambigüedades, sin mezquindades. El libro de José Luis no sólo ennoblece a Desirée, la amada  compañera, sino que la da a conocer, la hace trascender, y ello ya es motivo suficiente para considerar el libro citado como una obra de consulta. Para mí será un libro de cabecera. Mientras existen presos(as) y prisioneros(as) políticos(as) privados(as) de su libertad treinta años. Mientras haya seres privados del sol y de un digno plato de comida. Este libro acompañará mis tardes bajo el aroma del tabaco negro, de un emparedado de queso puneño doradito y un cognac sin marca.

Lima, 4: 30 am. 25 de diciembre de 2018